La Emperatriz Reserva

El reserva de Finca La Emperatriz se elabora con uvas procedentes de la Rioja Alta, en concreto de cinco parcelas cubiertas de blancos cantos rodados que explican buena parte de su elegancia. Los nutrientes son escasos y las viejas cepas plantadas en vaso (con 45 años de media) deben esforzarse para encontrar agua y alimento en profundidad.

La fruta se vendimia a mano, habitualmente a mediados de octubre y es, mayoritariamente, de la variedad tempranillo, aunque garnacha, viura y graciano suelen aparecer testimonialmente en el cupaje. Tras macerar en frío durante un par de días, mosto y pieles fermentan a temperatura controlada para después pasar a barricas de roble americano y francés en las que descansarán ya como vino durante 24 meses.

Cuando llega al mercado, La Emperatriz Reserva es un vino señorial, de color cereza intenso, medido y repleto de tipicidad. En él, crianza y fruta negra convergen, pero no se repelen, como sí sucede en un importante número de reservas riojanos; la madera dibuja un sendero de especias (pimienta y vainilla) y tonos tostados que la fruta no tiene inconveniente alguno en seguir. Menta, cacao, sensaciones lácticas y taninos sedosos de finas maderas aúnan esfuerzos para cincelar un elegante y sobrio tinto riojano. Gustará a los enamorados de los reservas y también a sus detractores, pues combina el empuje de un buen crianza con la profundidad de los grandes reservas. En él se conjugan los dos estilos, clásico y moderno; en un mismo vino encontramos la excelencia de una fruta de gran calidad, madura y fresca, la que ofrecen los viñedos situados en la parte más elevada de la Rioja Alta (570 metros), y las siempre seductoras notas terciarias de los clásicos reservas de Rioja: tabaco, piel de naranja, regaliz...