Barón de Ley Finca Monasterio

El Finca Monasterio es, según la propia bodega, la máxima expresión del Rioja mediterráneo.

Procedente de Mendavia, de un viñedo plantado en 1985 próximo al monasterio benedictino de la propiedad, en la elaboración de Barón de Ley Finca Monasterio se emplean uvas vendimiadas a mano, básicamente de la variedad tempranillo con pequeños porcentajes de otros varietales. En la estricta mesa de selección se descarta alrededor de un 20% de la uva; solo las mejores bayas son despalilladas e inician la fermentación, periodo durante el cual se suceden frecuentes remontados y controles diarios de los mostos a través de la cata. Tras una larga maceración que se prolonga más allá de la propia fermentación, se obtiene una excelente extracción de color y taninos que dibujan ya el perfil de un vino moderno y con un gran porvenir.

Su crianza tiene lugar durante 18 meses en barricas nuevas de roble francés y se prolonga durante 6 meses más en "foudres" de 10.000 litros de la misma madera. Se embotella sin ser sometido a filtrado o estabilizado alguno.

A la vista viste intenso y oscuro color picota, coronado de un ribete que se resiste a perder los tonos violáceos. En nariz dominan los aromas nítidos a fruta negra en mermelada (moras y ciruelas) y a maderas balsámicas, con recuerdos a infusiones y té, coco, notas lácticas, cacao y especias como el clavo. En boca cuenta con una gran estructura y se muestra sabroso, equilibrado y elegante. Su tacto es jugoso y está recubierto de equilibrados taninos, con un trasfondo ahumado, casi de turba, muy penetrante. Su final redondo y torrefacto invita siempre a un trago más.