Viña Tondonia Reserva Blanco

Los blancos de Tondonia son mucho más que un clásico. Son iconos de la tradición, ejemplos de honestidad y vinos que huelen a sabiduría, a artesanía y a autenticidad. Son vinos con principios y vinos sin fin; su extraordinaria acidez los hace casi eternos. Son amables, elegantes y profundos, vinos que uno no se cansa de beber y beber.

Si el Gran Reserva es quizá inasequible para muchos, el Reserva Blanco es un vino que hay que probar al menos una vez en la vida, y de los que hay que tener siempre en la bodega si es posible; es de los vinos más gastronómicos, perfecto para pescados y mariscos fritos o a la plancha, quesos brie, parmesano o manchegos, risottos, arroces marineros, calderetas de pescados, langosta, platos de pasta con trufa, champiñones, espárragos, patatas con bacalao o rape, revueltos con setas o ajos tiernos, bonito con tomate o cebolla... Es un blanco con alma de tinto, mucho más vínico que frutal, ideal para la mesa.

La honestidad de los blancos de Tondonia se hace evidente ya con la botella: transparente. El corcho, extraordinario; este vino puede guardarse años y años, no tiene caducidad. En copa, oro vivo y brillante, eternamente joven. En nariz... denle tiempo; tras criarse seis años en barrica y reposar un largo tiempo en botella, requiere aireación; si pueden, decántenlo. Es difícil describirlo porque su paleta aromática está muy bien integrada. Podemos encontrar aromas de frutas amarillas muy maduras, notas húmedas de hojarasca pero también de mar, notas salinas y yodadas, notas de maderas... de lápiz, suaves hinojos y anisados, almendras blancas, notas muy sutiles, también, de pieles de frutas como la naranja, los nísperos o los orejones, y de tierra seca...., pero en su esencia, Tondonia Blanco tiene algo de místico, un perfil aromático que asociamos con ese olor que desprenden los libros antiguos y las habitaciones perfumadas de incienso. El Reserva Blanco es un viaje en el tiempo, un resurgir de recuerdos entrañables.

En boca es consistente y seco; armónico, equilibrado y elegante. Entra suavemente pero con peso, es graso, aunque sin la viscosidad del Gran Reserva. En definitiva, un vino blanco fino, con la firma Tondonia.