Casa Castillo Cuvée N

maginen ser vino e iniciar la andadura por el arduo mundo de la crítica internacional con una doble puntuación de 96 puntos Parker, parece mucho imaginar, ¿verdad? Pues para el Cuvée N de Casa Castillo no lo es. El nivel de exigencia tras su elaboración explica su encantadora aura. Se apostó por embotellarlo sólo en añadas de marcado carácter mediterráneo, por lo que no existió en la añada 2016 y tampoco vio la luz en la 2018, años de carácter más continental.

El vino pretende ser un homenaje a Nemesio Vicente, fundador de la bodega y de cuya inicial deriva el nombre de la cuvée. Se elabora a partir de las primeras viñas de monastrell que él mismo plantó cuando se hizo cargo de la bodega en 1981. Sólo las uvas de la zona más alta del famosísimo viñedo de Las Gravas, poco más de dos hectáreas, se emplean para vinificar este extraordinario vino y lo hacen por acción de las levaduras silvestres y con un porcentaje importante del raspón.

Después de madurar 18 meses en barricas de roble usado, el Cuvée N muestra un carácter etéreo a la par que complejo y la profundidad ya habitual en los grandes tintos de Casa Castillo. Tiene toda la seductora rusticidad del monastrell, el perfume de las hierbas mediterráneas y ese irresistible toque terroso y húmedo que parece querer invitarnos a pasear por el bosque. Una vendimia algo avanzada, tras mucha reflexión, sumada al trabajo con el raspón, acentúa su carácter fresco y floral. En boca es esbelto, de cuerpo medio, elegante y perfumado, con taninos delicados y una fina textura gredosa. Es nítido y preciso, largo y jugoso, una verdadera oda a la fruta negra y a los atardeceres del Mediterráneo.