Malpaso

Malpaso es un vino distinguido y distinto. Un vino que, servido en copa, de capa media y color cereza, no parece augurar el vinazo que nos aguarda. Pero antes de descubrirlo, conozcamos primero algunos detalles de su elaboración, siempre interesantes para conocer la filosofía que se esconde detrás de él.

Malpaso fermenta con racimos enteros y levaduras indígenas en fudres de roble abiertos en los que las uvas son pisadas como antes, con los pies. Es un vino pensado desde la viña y con él se intenta respetar al máximo el fruto de la vid. Los suelos arenosos de unos viñedos situados a 400 metros de altitud garantizan frescor, una madurez perfecta y elegancia. El vino se cría durante un año en barricas de roble francés de gran volumen (400 y 500 litros), cuyos aromas no resultan intrusivos.

El vino. En nariz llega la primera sorpresa: huele a elegancia y a complejidad; olivas negras, piel de naranja, fruta fresca, chocolate, flores y arena, y algunos toques de bacon ahumado que recuerdan al Ródano. Boca fría, fresca, de tacto muy fino pero con un trasfondo repleto de carácter y aromas nítidos de cerveza stout. Amables recuerdos garnacheros dibujan el contorno de un vino profundo y balsámico, un vino distinto, de trago largo pero no simple. Lo repetimos: un vino distinguido y distinto.