Desde que tomara las riendas del negocio, allá por 2011, Borja Pérez ha tenido muy claro cuales debían ser las bases de su proyecto vitivinícola en Tenerife: suelos volcánicos, clima atlántico y variedades locales. Sus vinos son ágiles en el paladar, sin excesos de madera y fruto de una viticultura sostenible y biodinámica que pretende devolver la vida a las cepas locales arrinconadas en el olvido.
Borja posee cerca de 6 hectáreas en propiedad y alguna más arrendada a...