El Cartoixà de Terroir al Límit es, como su propio nombre indica, un monovarietal de xarel·lo (uva conocida como cartoixà en Tarragona). Las vides de más de 60 años con que se elabora hunden sus raíces en los históricos suelos de pizarra del Priorat y se trabajan bajo firmes principios biodinámicos y de máximo respeto al entorno.
Una vez vendimiada manualmente en pequeñas cajas, la uva sin despalillar fermenta intracelularmente, es decir sin romper el grano, de la mano de las levaduras silvestres, de manera natural y fluida. Después, el vino descansará 6 meses en depósitos de acero inoxidable.
El resultado es un vino blanco profundo y mineral, limpio y brillante a la vista, con intensos aromas de fruta blanca y de hueso refrescados por algún recuerdo cítrico. En él se combinan los aromas herbáceos de los prados prioratinos con la intensa mineralidad de sus suelos. En boca es tánico y medidamente ancho, con un perfecto equilibrio entre volumen y agilidad.
De este gran vino, sápido y personal, se producen anualmente poco más de 500 botellas, así que, si desea hacerse con una, hágalo cuanto antes.
Consumo y conservación
Servir entre 8 ºC y 10 ºC
Maridajes
Mariscos a la plancha / Quesos de pasta tierna / Risotto de setas silvestres
Opiniones de nuestros clientes
5,0/5
1 opinión
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por: Dieter (8/12/2017) - Añada 2016
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Verblüffend schön und mit eigenständigem, unverfälschtem Charakter
Nicht ohne Hintersinn wird die kleine Serie der drei ungewöhnlichsten Weine von Dominik Huber "Vinum Verum" genannt. Aus seiner experimentellen Neugierde entstanden verblüffend schöne Spaßweine in nur kleinsten Auflagen. Beim reinsortigen "Cartoixà", im Priorat die Bezeichnung für Xarel.lo als Referenz an die Kartäuser-Möche von Scala Dei, liegt der Reiz in seiner originären Herstellungsmethode, die ihn unverwechselbar macht. Manche bezeichnen den Cartoixà deshalb als Orange-Wein, was er natürlich ist. Andere nennen ihn funky, was genauso zutrifft. Hergestellt wird er wie ein Rotwein, maischevergoren mit langem Schalenkontakt. Dies gibt ihm die leicht bernsteinfarbene Optik. Die Aromen sind warm und vielfältig, sie wechseln von zart wie Tee bis zu vegetal wie Fenchel. Der Gaumen ist verblüfft und begeistert von der griffigen Textur, dem abwechslungsreichen Spiel der feinen Gerbstoffe, der salziger Mineralik und der vegetalen Noten. Ein sehr authentischer Wein mit eigenständigem, unverfälschtem Charakter, sehr modern und gleichzeitig ein wahrer Orange-Wein. Ganz große Klasse.