Pittacum

Pittacum fue uno de los primeros tintos de la nueva hornada de grandes vinos bercianos. Sus uvas proceden de cepas viejas plantadas en pendiente, sobre terrenos profundos, de mediana fertilidad y bien drenados, que garantizan vigor contenido y correcta maduración. Han sido necesarios quince años de estudios profundos de las aptitudes de cada rincón de suelo para identificar aquellos con la mayor vocación vitícola y comprender el auténtico potencial de cada pequeño trozo de tierra.

Los mejores racimos se recogen a mano, racimo a racimo, y únicamente las mejores uvas llegarán a ser vinificadas y mimadas en extremo hasta que, ya transformadas en vino sangrado, inicien su crianza en roble, al abrigo térmico de la oscura y fresca bodega, en absoluta quietud. Después será la botella la que difuminará aristas y redondeará el ímpetu de la juventud aún latente.

Para cuando llega a nuestras copas, Pittacum se ha convertido en un vino intenso de color picota y nariz de flores azules, ciruelas negras maduras y matorrales; frescor de tierra húmeda, hoja de tabaco y laurel, de piedras resquebrajadas y de arándanos frescos. Su boca es jugosa y fresca, de acidez radiante y madurez envolvente, casi de tinta china. Recubre las mejillas de amabilidad y taninos fundidos mientras exalta la lengua por los cuatro costados con una complejidad nada habitual en este segmento de precios. La sequedad justa impone un segundo sorbo, mientras su frescor natural sugiere infinidad de combinaciones gastronómicas. Por vía retronasal asoman elegante humos y recuerdos de una fruta que ahora parece más silvestre, más viva si cabe. Conserva cierto carácter recio que rememora aquellas primeras cosechas, pero no ha dejado de sumar equilibrio y elegancia añada tras añada. Estamos ante una reinterpretación del Bierzo, que muestra sin complejos todo el potencial de una gran uva como la mencía que, ya desacomplejada, se expresa sin tapujos y abraza con elegancia las bondades de una reflexiva crianza en madera. Se siente en cada sorbo de Pittacum la variedad, pero también el Bierzo, su clima y sus suelos.