Los espumosos ancestrales

Los espumosos ancestrales son vinos con burbujas, sí, pero nada que ver con el Cava convencional ni con el Champagne. Aquí hablamos de un estilo mucho más antiguo, artesanal y libre, que cada vez conquista más paladares curiosos. Y lo mejor: muchos de estos vinos se elaboran fuera de cualquier Denominación de Origen, lo que les da aún más libertad creativa y autenticidad.

¿Qué los hace especiales? Se elaboran siguiendo el método ancestral (también llamado pétillant naturel o “pet-nat”), en el que el vino fermenta una sola vez: se embotella cuando aún queda azúcar natural en el mosto, y esa fermentación termina dentro de la botella, generando así la burbuja de forma espontánea y natural, sin adición de azúcares ni levaduras comerciales.

El resultado son vinos vivos, frescos, desenfadados y sorprendentemente expresivos, con una burbuja fina y una personalidad única. Algunos pueden ser algo turbios o tener poso, lo cual forma parte de su carácter auténtico y sin filtrar.

Atributos organolépticos

Nariz: Fruta fresca (manzana, pera, melocotón), notas cítricas, toques de panadería, flor blanca, levadura o masa madre. En algunos casos, un ligero fondo terroso o láctico.

Boca: Burbuja viva y suave, acidez elevada, textura untuosa, frescura intensa y final limpio y mineral. Pueden tener un toque seco o algo goloso si queda azúcar residual.

Vista: Amarillos pajizos, dorados o incluso anaranjados; a veces turbios si no se han filtrado. En rosados, tonos piel de cebolla o fresa turbia.

Maridajes recomendados

Los ancestrales no quieren platos pesados ni excesivamente dulces. Son vinos para comidas frescas, vivas, con textura, donde la burbuja pueda limpiar el paladar y la acidez mantenga todo en equilibrio.

Gracias a su versatilidad, los espumosos ancestrales combinan a la perfección con:

• Aperitivos: Quesos suaves, frutos secos, embutidos ligeros.
• Verduras: Ensaladas cítricas, cremas frías, verduras asadas.
• Pescados y mariscos: Ostras, ceviches, sashimi, pescado blanco a la plancha.
• Carnes blancas: Pollo al horno, conejo, aves escabechadas.
• Cocina internacional: Gyozas, tacos de pescado, focaccia, burrata.
• Fritos: Tempuras, croquetas, calamares, patatas bravas.
• Postres: Tartas de frutas, sorbetes, quesos con mermelada, yogures.