Pinot noir
La pinot noir es una uva adorada y odiada a partes iguales: adulada por su elegancia y su capacidad de emocionar, detestada por la dificultad de su cultivo. Se trata de una uva vulnerable y sensible, presa fácil para un buen número de enfermedades de la vid, pero también de una uva con una enorme capacidad de transportar el terruño a la copa.
Marimar Estate Cristina Pinot Noir 2018
Contratto Riserva Special Cuvée Extrabrut 2012
D.Tollot-Beaut Savigny-Lavieres 2021
N. Rossignol Pernard-Vergelesses Les Fichots 2019
Pinot noir
La pinot noir es una uva adorada y odiada a partes iguales: adulada por su elegancia y su capacidad de emocionar, detestada por la dificultad de su cultivo. Se trata de una uva vulnerable y sensible, presa fácil para un buen número de enfermedades de la vid, pero también de una uva con una enorme capacidad de transportar el terruño a la copa.
Desde la Edad Media está implantada al norte de Francia, en Borgoña y también en el Loire, debido a la proximidad de la realeza parisina. Serían los monjes de Cîteaux y de Cluny los verdaderos fundadores del viñedo borgoñón de pinot noir, los que apostaron firmemente por su implantación mayoritaria y los que convirtieron a la delicada uva negra en sinónimo de vino tinto de la Borgoña. Hoy en día la encontramos en buena parte de los viñedos del mundo, pero con resultados muy dispares. No es una uva amiga de cualquier clima ni de cualquier terruño, pero si se siente cómoda puede dar lugar a algunos de los tintos más emocionantes del planeta. El Jura y Oregón, Austria y Alemania, el Alto Adige o las zonas más frescas de Nueva Zelanda han resultado hábitats perfectos para la pinot noir, uva que decididamente no casa con los climas demasiado cálidos, pero tampoco con los extremamente fríos, debido a su brotación temprana. Capítulo aparte merece la relación entre la pinot noir y el Champagne. Los aromas a frutos rojos y especiados de los grandes blancs de noirs o de los rosados vinos esfervescentes con origen entre Reims y Épernay derivan de las pieles de las uvas de pinot noir.
Su nariz desprende aromas de cerezas, fresas y frambuesas; de caza, cuero y setas tras el envejecimiento o de ciruelas negras en los vinos de California, por ejemplo. Su cuerpo es etéreo a la par que profundo, amplio y sedoso, a menudo perfumado de aromas ahumados y de incienso.
En Italia, la pinot noir no es una variedad nueva, pero su popularidad se ha reducido sobre todo al territorio del Alto Adige, donde la encontramos con toda su elegancia en vinos de montaña de cuerpo refinado, amables, florales, afrutados y de textura aterciopelada. Pero los matices de la pinot noir en Italia son muchos más. Aunque el Alto Adige es una región ideal para su cultivo gracias a sus condiciones climáticas, la pinot noir también da lugar a finos y excelentes vinos en otros puntos del país.
Siguiendo el rastro de esta variedad a través de Italia, la encontramos en otras regiones donde adopta el justo equilibrio entre su propia identidad y las características del terroir que la acoge. Así, la podemos disfrutar en el Valle de Aosta, donde crece grácil, elegante y soleada; en la denominación Oltrepò Pavese, donde se nos ofrece potente y sincera en un espumoso Blanc de Noirs; y en Umbría, donde se aúna con la mineralidad del territorio para mostrarnos toda la nobleza y finura de la que es capaz.