La historia de las bodegas Chiaromonte se remonta a 1826, pocos años después de que la variedad primitivo fuera reconocida oficialmente. Se trata de una pequeña bodega familiar, con pocas hectáreas de propiedad, transmitida de padres a hijos y estrechamente vinculada a la vida rural y del campo de la época.
Nicola, quien encarna la actual generación de esta familia de viticultores, ha participado de la vida del campo desde que era niño, aprendiendo saberes antiguos a través de las enseñanzas inculcadas por abuelos y padres: Nicola es agrónomo, enólogo, el titular de la bodega y quien dirige la empresa, múltiples funciones que encauza por el mismo surco marcado a lo largo de la historia en las 32 hectáreas de la propiedad, entre olivos, cerezos y viñedos, todos ellos cultivados ecológicamente, tanto en vaso como en espaldera.
Convencido de que la diversidad es un valor absoluto también en la viña, su trabajo se caracteriza por un gran respeto por el medio ambiente y una casi obsesiva atención por el detalle: cada viñedo es cultivado atendiendo a las particularidades de cada zona, del terruño y del tipo de producción buscada, y la vendimia se realiza a mano y en pequeñas cajas para preservar mejor las características de la fruta. Los suelos en esta parte de la localidad de Giola del Colle, calcáreos, siempre han sido muy idóneos para acoger a la primitivo más genuina y mineral; aquí los viñedos se benefician de una altitud de alrededor de 300 metros y de unos acusados contrastes térmicos, que se traducen en finura, aromaticidad y elegancia.
Para la producción de todas las etiquetas de la bodega se cultiva e utiliza una única variedad tinta: la primitivo, cuya producción se limita con el fin de mantener los elevadísimos estándares de calidad y la cual es trabajada concienzudamente para garantizar un excelente sabor.
Elè es el vino de entrada a la bodega, aunque no lo parezca. Comparado con el Riserva o el Muro Sant'Angelo Contrada Barbatto, que constituyen las expresiones más solidas y completas de la variedad primitivo en Italia, Elè se distingue por ser un primitivo fácil de beber y con un carácter polifacético. Es un vino de color rojo rubí con reflejos granates, de perfume intenso y complejo, con aromas de frutos rojos, cerezas, guindas, matorral mediterráneo, notas balsámicas y especiadas de cardamomo, canela e incienso. En boca, en contra de la fama que atribuye a los vinos de primitivo una excesiva opulencia, resulta fresco y elegante, con un tanino sedoso y un delicioso posgusto mentolado. Marida especialmente bien con los platos típicos de la cocina mediterránea.