Alrededor de unas 1000 botellas de este impactante vino elaborado a partir de variedades autóctonas ven la luz anualmente. Sus uvas proceden de viñedos calificados como de viticultura heroica, apelativo que comparte con regiones como la Ribeira Sacra o el Priorat por la inclinación de sus viñedos y la imposibilidad de mecanizar los trabajos, entre otros factores.
Tras unos 10 meses en barrica, la nariz del Vive La Vida rezuma recuerdos lácticos, tonos ahumados y aromas de fruta roja y matorral, incluso una curiosa nota dulzona que puede recordar a los refrescos de cola. La madera, empleada con sutileza, refuerza una estructura de aparente fragilidad vistiéndola de elegantes taninos. A cada sorbo se aprecian en este Vive la Vida más detalles en común con los mejores vinos del Bierzo o de la Ribeira Sacra: jugosas y crujientes fresitas silvestres, piel de ciruelas negras y laurel, incluso pizarra. Su acidez de casis le augura un largo porvenir y su justa tanicidad lo convierte en adictivo. Es jugoso y crujiente, finamente licoroso y de recuerdo muy largo, con reminiscencias especiadas y herbáceas que lo convierten en un vino muy gastronómico.
Consumo y conservación
Servir entre 14 ºC y 16 ºC
Maridajes
Ragout de ternera / Secreto ibérico / Verduras a la brasa
Opiniones de nuestros clientes
5,0/5
1 opinión
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por: Rodolfo Cotarelo (28/5/2019) - Añada 2016
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Muy fresco y atrevido
Sorprendente. Barrica suficiente para notar la madera, pero continúa prevaleciendo la fruta roja. Ligero toque ahumado. Como titulo más arriba, un vino fresco pero atrevido.