Château Rayas

Château Rayas es uno de los vinos más admirados del Ródano y del mundo en general, conocido particularmente por la excentricidad de su antiguo creador, Jacques Reynaud, fallecido en 1997, pero merecidamente también por su excepcional calidad, que debe a unos viñedos únicos, muy viejos, plantados sobre suelos de textura arenosa.

La propiedad fue heredada por su sobrino Emmanuel, hombre de carácter parecido al de su tío, y la continuidad de los vinos está demostrando estar más que garantizada, grandes vinos, poderosos, algunas añadas realmente dignas de admiración.

Se trata de un monovarietal de garnacha, atípico y personal que tiene poco en común con el resto de vinos de la zona. La producción anual no es demasiado elevada, pero sí la demanda, hecho que permite que cada botella de Rayas se cotice como una auténtica joya. La mayor parte del viñedo está formado por viñas viejas, enraizadas en suelos arenosos que, a diferencia de lo que sucede en buena parte del viñedo de Châteauneuf, no están cubiertos de cantos rodados; cuenta la leyenda que fue un miembro de la familia quien retiró los galets uno a uno. Pese a que la denominación es de clima cálido, Rayas está situado en una zona de microclima fresco que se traduce en vinos de una elegancia extrema.

El Château Rayas es un vino de perfil clásico, de color frágil y cuerpo medio que basa su atractivo en la elegancia, en lugar de en la potencia. Es siempre un vino que alardea de perfume y equilibrio, que huele a frambuesas y flores, a garriga, a incienso y a mermelada de fresas. En boca muestra estructura media y una elegancia y seducción al alcance de muy pocos. Asoman recuerdos de trufas y regaliz, sustentados por una estructura de taninos dulces, buena acidez y untuosidad etérea.

El Rolls Royce de los Chateauneuf du Pape y un vino de culto.