Château Rahoul

El terruño en Graves es parecido al del Médoc, con la arena y la arcilla mezclándose con las gravas que dan nombre a la región. Estas piedras depositadas por el río Garona durante siglos, son claves para entender el perfil de los vinos de Château Rahoul; las gravas recogen los rayos solares y liberan su calidez durante la noche, facilitando así la perfecta maduración de las uvas, clave para los vinos del château.

El Rahoul es un burdeos desde el primer contacto en nariz hasta el posgusto, hecho que en este segmento de precios y tratándose de una zona de gran prestigio como Graves, resulta destacable. Se muestra reconfortante de principio a fin, dominado por el perfil delicado de un merlot mayoritario en el corte; sus aromas ahumados nos resultan reconocibles y nos hacen sentir como si volviésemos a casa después de un largo viaje; en cada botella de Château Rahoul encontramos el polvo de las piedras, la piel de las ciruelas, la jugosidad de las moras y una boca aristocrática, de peso medio, que se comunica sin estridencias, guardando las formas de la tradición. Los taninos son delicados y la acidez energizante; la madera de su crianza está perfectamente integrada y pese a que los aromas que de ella derivan son muy evidentes, están magistralmente entrelazados con los de la fruta. Su final rememora la mina de lápiz y los tonos mentolados tan habituales en los grandes tintos de Burdeos.