País de destino:
España
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Transporte gratuito a partir de 100 €

Gewürztraminer

El nombre de gewürztraminer se compone de gewürz, 'especiado' en el sentido más amplio de aromático, y de traminer, 'de Termeno', localidad italiana situada en la parte alta del valle de Adigio. Muchos consideran que la gewürztraminer es originaria de la propia Termeno, donde todavía se encuentra uno de los mejores viñedos de esta cepa, aunque no debe descartarse un origen más nórdico, alsaciano o incluso alemán, en el valle del Reno. Descrita como traminer desde el 1349, es una variedad que huye de los climas cálidos. Es una uva aromática por excelencia, que en Italia tiene acogida sobre todo en el Alto Adigio, donde se hallan sus mejores resultados, pero también en el Friul, en Trentino y en el Véneto.

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Gewürztraminer

El nombre de gewürztraminer se compone de gewürz, 'especiado' en el sentido más amplio de aromático, y de traminer, 'de Termeno', localidad italiana situada en la parte alta del valle de Adigio. Muchos consideran que la gewürztraminer es originaria de la propia Termeno, donde todavía se encuentra uno de los mejores viñedos de esta cepa, aunque no debe descartarse un origen más nórdico, alsaciano o incluso alemán, en el valle del Reno. Descrita como traminer desde el 1349, es una variedad que huye de los climas cálidos. Es una uva aromática por excelencia, que en Italia tiene acogida sobre todo en el Alto Adigio, donde se hallan sus mejores resultados, pero también en el Friul, en Trentino y en el Véneto.

Capaz de reunir una gran concentración de azúcar y, por ende, abundante pseudocalor, la gewürztraminer italiana se expresa con matices claramente mediterráneos, a diferencia de sus hermanos mayores alsacianos y alemanes, que por su lado ofrecen sensaciones más etéreas y sutiles. De color pajizo-dorado en copa, son vinos afrutados en nariz, de flores y vegetales, con típicas notas de lichi, frutas exóticas y de pulpa amarilla, flores de acacia y hierbas aromáticas. Son vinos con una estructura generalmente importante, incluso los sometidos a crianza, habitualmente en acero, manteniendo no obstante su frescura y sapidez, y respaldados por una gran sedosidad. Los de más alta gama son equilibrados y con notas almendradas en el posgusto.

Al igual que ocurre en Alsacia y en Alemania, también en el Alto Adigio son incomparables los vinos de gewürztraminer de cosecha tardía con uvas de podredumbre noble. Vinos con una elevada concentración de azúcar y una extraordinaria complejidad, una graduación alcohólica generalmente moderada pero con un aporte glicérico excepcional. Un conjunto con una gran sedosidad, acompañado de un gran frescor y mineralidad que debe a la altitud. En nariz prevalecen las notas etéreas, de dátiles, yodo, vegetales, muy sutiles y elegantes, que completan el retrato de uno de los vinos de podredumbre noble más majestuosos de toda Italia y más allá.

Parte de su falta de prestigio se debe a los vinos carentes de personalidad elaborados en masa por algunas bodegas de grandes volúmenes o en regiones en las que la uva sufre para madurar pausadamente. No obstante, sería injusto basar nuestra opinión sobre tan distinguida uva en las peores elaboraciones que con ella se realizan. En el otro extremo de la calidad encontramos los grandes vinos elaborados en Alsacia, ciertos rincones de Alemania, Italia, Austria o, incluso, Nueva Zelanda. En España, conviene no pasar por alto algunos de los mejores blancos de la DO Somontano, en Aragón.

Únicamente si se siente cómoda en su terruño es capaz de combinar estructura y acidez perfectas. En caso contrario, cuando falta la tensión del clima frío, el vino de gewürztraminer puede volverse pesado; la gewürztraminer quiere sol para madurar, pero frío para conservar sus aromas. No tolera las improntas bruscas de madera, en todo caso demanda grandes volúmenes y duelas usadas. Puede ofrecer desde blancos secos y aromáticos hasta voluptuosos vinos dulces y, sus mejores ejemplos son capaces de envejecer más allá de una década. Bergamota, piel de cítricos o especias como el clavo, la pimienta blanca o la canela se suman a sus aromas más obvios cuando las cosas se han hecho bien tanto en el viñedo como en bodega. Entonces se atreve a acompañar el foie, los quesos intensos o la cocina asiática y a deleitar el más frío y reticente de los paladares.