La familia Marco tiene una larga tradición vitivinícola en el Priorat, con presencia documentada en Porrera desde 1497. Tras la devastación causada por la filoxera a finales del siglo XIX, la familia emigró a Barcelona. Ramón Marco Abella fue el último nacido en Porrera antes del éxodo. En 2001, su nieto David Marco y su esposa Olívia Bayés fundaron la bodega Marco Abella en homenaje a sus raíces.
En los años 90, David y Olívia regresaron a Porrera para recuperar fincas familiares y adquirir nuevas, con el apoyo de los padres de David, Joaquim Marco (poeta vinculado al paisaje del Priorat) y Clotilde Moliner. Dejaron sus profesiones para dedicarse por completo al vino. En 2005 construyeron una bodega moderna que combina tradición y tecnología, ubicada a 700 metros del pueblo, con vinificación por gravedad y condiciones naturales óptimas de crianza, elaborando vinos DOQ Priorat que reflejan la autenticidad de sus suelos y viñedos.