Garoina

Garoina (nombre catalán del erizo de mar) es un verdadero tesoro del Mediterráneo, un vino perfumado, sabroso y marinero. La finca a partir de la que se elabora está situada a los pies de la Serra de l’Albera, en la población de Capmany. Se trata de un viñedo de chardonnay con una edad aproximada de 20 años, en cuyo suelo predomina el sauló, una arena granítica muy característica. Su ubicación, bajo una colina, lo protege de la tramuntana, mientras que su orientación le permite recibir las máximas horas de sol.

La vendimia suele darse a finales de agosto y se hace de noche, para mantener intactas todas las virtudes de la fruta. Las prensadas son suaves para extraer el mosto flor que, posteriormente, fermenta en tanques de acero inoxidable a temperatura controlada. Tras un breve reposo, se embotellan únicamente unas 8.000 botellas anuales.

Viste color amarillo brillante con pequeños reflejos dorados. Sus aromas combinan notas de cítricos, con sutiles recuerdos a banana y piña. La variedad es fácilmente reconocible y la brisa del Mediterráneo deja también su impronta salina, todo ello a un precio de escándalo.

En boca se presenta untuoso, sabroso y fresco. Tiene la frescura perfecta y un tacto del todo encantador. Enseña un montón de fruta, entre blanca y tropical, y todo el carácter de la viña catalana. Sutiles tonos amargos dibujan un final gastronómico para cada sorbo, seguido de un post gusto largo que consigue transmitir todo el potencial del terruño. Su nombre y etiqueta nos preparan para un vino sencillo, pero Garoina es mucho más; estamos convencidos de que, con otro nombre y una imagen más formal, se vendería muy por encima de su precio sin problemas.

Es ideal para todo tipo de cocina mediterránea, obteniendo sus mejores maridajes con los platos de pescado, marisco y como no con erizos de mar. Convence a cada sorbo, demostrando que existe buen chardonnay más allá de la Borgoña.