"El espíritu de nuestro vi ranci (vino rancio) reposa en la solera original de 1928, que hemos conservado durante casi un siglo para poder ofrecer uno de nuestros vinos con más tradición."
Para elaborar este vino rancio se eligen uvas de la variedad Garnacha Blanca, procedentes de viñedos seleccionados. Se fermenta el mosto en tinas de acero inoxidable y posteriormente pasa a hacer la crianza en botas de roble y castaño. La crianza se realiza por el método de soleras y criaderas a partir de una solera original de 1928. Las barricas no se llenan del todo para facilitar la oxidación. Esta lenta crianza resulta en un vino concentrado y muy rico en matices.
Vino de color oro viejo con ribetes de tono bronce. Nos ofrece una nariz limpia y elegante con notas anisadas y de frutos secos. En boca seguimos con los sabores tostados de frutos secos y anís, pero también nos evoca la piel de naranja y el endrino. Final largo.
El vino rancio es el compañero por excelencia de los frutos secos y un imprescindible en cualquier “músic” (postre tradicional catalán). Además, maridará con todo tipo de pastelería seca, repostería o bizcocho. Pruébelo acompañado de un queso azul.