Ribolla gialla
Los documentos recogen la presencia de ribolla en el Friul desde principios del siglo XIV. Admirados por Boccaccio, los vinos de ribolla gialla fueron incluso exigidos por Leopoldo III de Absburgo para su servicio cuando este se estableció en Trieste y en 1402 la ciudad de Udine protegió la vinificación de ribolla gialla en monovarietales con una ley específica que prohibía que esta uva pudiera mezclarse con otras. Una historia milenaria, en resumen, que alcanza su máximo esplendor en la actualidad, situándola en la cumbre de la producción italiana. Llamada rebula en esloveno, la ribolla está presente en todos los territorios de Collio, de Brda y de las colinas orientales del Friul. Es una uva vigorosa y constante, que exige ser bien tratada y que presenta unas características morfológicas particulares, empezando por una piel coriácea rica en color y polifenoles. Esto la hace muy indicada para la maceración con pieles y es así precisamente como se obtienen los mejores vinos de ribolla gialla, sobre todo los procedentes del espléndido viñedo de Oslavia: largas maceraciones y largas crianza en barrica o en ánfora producen los vinos naranjas más nobles de Italia, con unos niveles de complejidad, concentración y un potencial de guarda realmente extraordinarios. Naturalmente, se puede vinificar también sin macerar o con una moderada crianza sobre lías solo: en este caso la ribolla da unos vinos pajizos que tienden al dorado, con perfumes intensos, florales y afrutados, de frutos secos y una mineralidad que debe a los característicos suelos de ponka y flysch. En boca son vinos que demuestran siempre un buen equilibrio entre amabilidad y frescura, una notable estructura y una agradable persistencia.
Bastianich Friuli Colli Orientali Ribolla 2021
Casella Friuli Colli Orientali Ribolla Gialla 2018
La Roncaia Friuli Colli Orientali Ribolla 2018
Ribolla gialla
Los documentos recogen la presencia de ribolla en el Friul desde principios del siglo XIV. Admirados por Boccaccio, los vinos de ribolla gialla fueron incluso exigidos por Leopoldo III de Absburgo para su servicio cuando este se estableció en Trieste y en 1402 la ciudad de Udine protegió la vinificación de ribolla gialla en monovarietales con una ley específica que prohibía que esta uva pudiera mezclarse con otras. Una historia milenaria, en resumen, que alcanza su máximo esplendor en la actualidad, situándola en la cumbre de la producción italiana. Llamada rebula en esloveno, la ribolla está presente en todos los territorios de Collio, de Brda y de las colinas orientales del Friul. Es una uva vigorosa y constante, que exige ser bien tratada y que presenta unas características morfológicas particulares, empezando por una piel coriácea rica en color y polifenoles. Esto la hace muy indicada para la maceración con pieles y es así precisamente como se obtienen los mejores vinos de ribolla gialla, sobre todo los procedentes del espléndido viñedo de Oslavia: largas maceraciones y largas crianza en barrica o en ánfora producen los vinos naranjas más nobles de Italia, con unos niveles de complejidad, concentración y un potencial de guarda realmente extraordinarios. Naturalmente, se puede vinificar también sin macerar o con una moderada crianza sobre lías solo: en este caso la ribolla da unos vinos pajizos que tienden al dorado, con perfumes intensos, florales y afrutados, de frutos secos y una mineralidad que debe a los característicos suelos de ponka y flysch. En boca son vinos que demuestran siempre un buen equilibrio entre amabilidad y frescura, una notable estructura y una agradable persistencia.