En 1630, la rama materna de la familia Ballot incorporó a su patrimonio las primeras parcelas de viñedo. A comienzos del siglo XVIII se consolidó lo que hoy se conoce como el Domaine. A pesar de los repartos hereditarios que lo dividieron parcialmente a lo largo de las generaciones, la propiedad ha permanecido en gran medida intacta durante más de doscientos años, incrementándose con las viñas procedentes de la abuela paterna de Charles y, en tiempos recientes, con las de sus primos.
En la actualidad, la finca suma algo más de diez hectáreas: ocho dedicadas al Chardonnay en Meursault y Chassagne-Montrachet, dos de Pinot Noir en Pommard, Volnay y Beaune, y media hectárea de Aligoté. La media de edad de las cepas alcanza los 45 años.
Fiel a la herencia familiar y decidido a proteger el entorno, Charles Ballot cultiva sus viñas según los principios de la agricultura ecológica, combinando el saber hacer transmitido por generaciones con métodos contemporáneos de viticultura y vinificación. El laboreo es manual, el uso de herbicidas químicos está completamente excluido y los tratamientos se aplican con mesura. Su filosofía se resume en tres premisas: cuidar la tierra, respetar el equilibrio de la planta y comprender sus señales.
Cada vendimia impone un ejercicio de observación y adaptación a las condiciones climáticas del año, anulando la rutina y manteniendo vivo el interés por el oficio. Para Charles, esta exigencia es también un impulso creativo, un puente entre la viticultura y el arte.