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Vino de España

España es el tercer mayor productor de vino del mundo y el segundo país vinícola más antiguo del oeste de Europa. En sus más de 10.000 bodegas se elabora una enorme diversidad de vinos, debido a las distintas características del clima y el suelo de cada región.

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España

España es el tercer mayor productor de vino del mundo y el segundo país vinícola más antiguo del oeste de Europa. En sus más de 10.000 bodegas se elabora una enorme diversidad de vinos, debido a las distintas características del clima y el suelo de cada región.

Denominaciones principales

- Rioja; la DOC Rioja es la más prestigiosa de las denominaciones de origen españolas. Sus vinos tintos de corte clásico, elaborados principalmente con uva tempranillo y con largas crianzas en barrica, son un auténtico icono a nivel mundial por su elegancia. Elabora también deliciosos blancos con crianza y delicados vinos rosados.

- Ribera del Duero; la denominación Ribera del Duero, como tal, es muy joven, aunque la tradición de elaborar vino en sus tierras se remonta a tiempos muy pretéritos. Sus tintos maduros, con cuerpo y crianzas que aportan notas dulces y especiadas, son para muchos el estilo perfecto de vino tinto.

- Priorat; la DOQ Priorat es potencia e historia. Sus vinos tintos se basan en las uvas tradicionales, garnacha y cariñena, aunque en ocasiones se las acompaña de pequeños porcentajes de variedades francesas.

- Toro; la DO Toro produce algunos de los vinos tintos más contundentes de toda España a partir de la uva tinta de Toro, una adaptación del tempranillo al clima toresano. Son vinos con mucho color y graduaciones elevadas, cada vez más elegantes.

- Jumilla; la DO Jumilla, ubicada en el Levante español, produce tintos maduros y jugosos a partir de la uva monastrell.

- Montsant; la DO Montsant rodea el territorio de la DOQ Priorat y ofrece un estilo de vinos parecido al de su prestigioso vecino, aunque más inmediato y fácil de interpretar por cualquier aficionado al vino.

- Bierzo; la DO Bierzo debe su éxito creciente a la uva mencía, con la que produce excelentes vinos tintos, afrutados y aromáticos, que funcionan tanto en su versión joven como en crianza.

- Penedès; la DO Penedès es una de las regiones vitivinícolas más inquietas y variopintas de España. Produce prácticamente cualquier estilo de vino, desde blancos afrutados o con crianza a tintos ligeros o de guarda, habitualmente con variedades francesas. Los vinos obtenidos a partir de las variedades históricas de la región muestran un carácter muy personal.

- Rías Baixas; la DO Rías Baixas es prácticamente sinónimo de albariño, su uva estrella. Con ellas se obtienen vinos frescos y afrutados que maridan a la perfección con pescados y mariscos.

- Rueda; la DO Rueda, vecina de la DO Ribera del Duero, basa sus mejores vinos blancos en la uva verdejo, un varietal capaz de convertirse en vinos afrutados de carácter herbáceo que enamoran a todo el que los prueba.

- Terra Alta; la DO Terra Alta, en el extremo sur de Catalunya es tierra de garnacha blanca. Sus monovarietales se cuentan entre los vinos blancos con mayor tipicidad del mundo. Son vinos mediterráneos, afrutados, pero también frescos, con un tacto muy seductor.

- Valdeorras; la DO Valdeorras ocupa la zona más interior de Galicia. Sus suelos pedregosos y su clima continental ofrecen el marco perfecto para la uva godello. Con ella se producen vinos blancos de gran delicadeza y elegancia floral.

- Somontano; la DO Somontano es la más reputada de las denominaciones aragonesas. En ella tienen un peso muy importante las variedades internacionales que han demostrado sentirse muy cómodas en un clima de contrastes como el de esta región.

- Jeréz; la DO Jerez, en la punta sur de la Península es una región histórica para los vinos generosos de todos los estilos. Desde los secos y punzantes finos y manzanillas hasta lo dulces pedro ximénez, pasando por los fascinantes olorosos y amontillados.

- Cava; la DO Cava es sinónimo de vino espumoso de calidad y precio contenido. Sus elaboraciones son diversas, desde las más clásicas, con aromas a frutos secos, hasta las más modernas, en las que se mezcla la fruta con los recuerdos a pan tostado.

Uvas tintas:

  • Tempranillo (tinta fina, tinta del país, cencibel, ull de llebre); más de 200.000 hectáreas. Autorizada en casi todas las Comunidades Autónomas. Muy abundante en Castilla-La Mancha, Castilla y León y La Rioja. Variedad dedicada a la elaboración de vinos de crianza y reserva. Color intenso, acidez media y buena graduación. Vinos aromáticos que funcionan muy bien con la madera.
  • Garnacha; 60.000 hectáreas. Presente en 14 Comunidades Autónomas, especialmente en Castilla-La Mancha y Aragón. Es muy importante también en Navarra, Cataluña y Madrid. Dulce y de piel fina, permite elaborar vinos rosados y tintos, así como vinos dulces. Buena graduación, pero pocos taninos y acidez.
  • Bobal; 60.000 hectáreas; repartida entre Castilla-La Mancha (60%) y Valencia (40%). Vinos de mucho color que prefieren crianzas cortas para mantener su color y aroma. Buena estructura y equilibrio; acidez media.
  • Monastrell (garrut, Mataró); 40.000 hectáreas. Murcia, Castilla-La Mancha y Valencia se reparten su mayor superficie de cultivo. Alta graduación, acidez media-baja, con mucho color y taninos.
  • Mencía; 8.500 hectáreas. Repartida entre Castilla y Léon (65%) y Galicia (35%). Vinos afrutados y aromáticos de acidez media. No requiere de largas crianzas.
  • Cariñena (mazuelo); 5.600 hectáreas, la mayor parte (40%) en Cataluña. Tánica y ácida, a menudo se cupea con garnacha. Tiene buen grado y color. Aromas herbáceos y animales que se tornan amables y complejos cuando la uva procede de viñas viejas con producciones escasas.

Uvas blancas

  • Viura (macabeo); 54.000 hectáreas, repartidas mayoritariamente entre Castilla-La Mancha (39%), Catalunya (20%) y Extremadura (12%). Es importante también en la elaboración de Cava y en muchos de los vinos blancos que se elaboran en la DOC Rioja.
  • Verdejo; 22.500 hectáreas, repartidas básicamente entre Castilla y León (61%) y Castilla-La Mancha (31%). La DO Rueda, de donde es originaria, es su feudo y el lugar desde el que sus vinos afrutados y herbáceos han saltado al estrellato mundial.
  • Xarel·lo (pansa blanca, cartoixà); 15.000 hectáreas, todas en Catalunya. Forma parte de las uvas tradicionales del Cava, aunque está demostrando también una fantástica aptitud para la obtención de vinos tranquilos. Da vinos frescos y de buen cuerpo que transmiten el carácter del terruño.
  • Albariño; 6.300 hectáreas, la práctica totalidad en Galicia. Da vinos aromáticos y frescos, afrutados en su juventud y que envejecen con elegancia hacia perfumes más complejos.
  • Garnacha blanca (lledoner blanc); 2.700 hectáreas, la mayoría (75%) en Catalunya y, muy especialmente en la DO Terra Alta. De ella se obtienen vinos con cuerpo, medianamente aromáticos y sumamente versátiles, que funcionan bien con madera.
  • Godello; 1.100 hectáreas, 95% en Galicia. Su frescor y su perfume han hecho de ella una uva adorada por todo el que la prueba, ganando adeptos sin parar.

Orígen del Vino

El primer vino se elaboró en Andalucía en una fecha próxima al 1100 ac. Fueron los fenicios, quienes, cansados de importar vinos en ánforas desde Oriente Medio, apostaron por elaborar los suyos propios. Después vendrían griegos y romanos. Las invasiones árabes frenaron el negocio del vino que se reactivó con la colonización de América y las nuevas opciones de exportación.

Los primeros vinos fueron rancios o dulces, siempre fuertemente oxidados y contundentes al paladar, pues era esta la única manera de conservarlos con los conocimientos de entonces. A finales del siglo XV los barriles reemplazaron las tinajas y el cuero facilitando mucho el transporte del vino. En los siglos XVI y XVII la producción era ya común en todo el país y se empezaban a elaborar vinos con sistemas relativamente parecidos a los actuales.

En 1850, las técnicas bordelesas llegaron a la Rioja; un siglo más tarde lo harían los depósitos de acero inoxidable. A finales del s XIX la filoxera llegó a Francia y devastó su viñedo, generando gran riqueza en la vecina España, pero pronto la plaga cruzaría los Pirineos y la crisis se instalaría en suelo español.

Tras recuperarse del ataque del despiadado insecto, el conocimiento y la modernización tanto en el campo como en bodega empezaron a crecer de manera exponencial. Hoy en día, el vino español es rico en calidad y variedad, y es posible encontrar desde vinos elaborados según métodos tradicionales, a menudo, con variedades autóctonas, hasta vinos de perfil más internacional elaborados con uvas francesas.

CLIMAS

A grandes rasgos, el clima de España puede dividirse en 6:

· Oceánico en el norte (zona cantábrica y zona sur de los Pirineos); abundantes lluvias y temperaturas templadas todo el año.

· Mediterráneo en la costa este; pocas precipitaciones y altas temperaturas en verano, suaves en invierno.

· Continental en el centro (las dos mesetas y el valle del Ebro); hace más frío, temperaturas más bajas en invierno. Tormentas con fuertes precipitaciones en verano.

· Semidesértico en el sureste y en algunos puntos del valle del Ebro; temperaturas muy altas y precipitaciones muy escasas.

· Alta montaña en las zonas altas de las cordilleras; lluvias abundantes y bajas temperaturas.

· Subtropical en las Islas Canarias; temperaturas suaves todo el año y precipitaciones escasas.

SUELOS

- Arcillo-calcáreos: Rioja Alavesa, Rioja Alta, Ribera del Duero, Jumilla, Jerez. Vinos elegantes con una mineralidad que recuerda la tiza y buena expresión varietal. Volumen y taninos equilibrados.

- Arenosos: Galicia, Méntrida y Madrid. Necesitan poca agua. Nitidez varietal, acidez equilibrada y buena mineralidad. Grado contenido.

- Pedregosos: Toro, Conca de Barberà, Terra Alta, Rueda y Rioja Oriental. Facilitan el drenaje y los de color claro ayudan a regular la temperatura de la planta al reflejar la luz solar. Madurez y recuerdos terrosos, color intenso.

- Pizarrosos: Priorat, Arribes del Duero, Ribeira Sacra, Bierzo, Tenerife y Empordà. Poca materia orgánica y buen reflejo de la luz del sol. Vinos complejos, potentes y minerales, casi tostados.

- Volcánicos: Islas Canarias. Aromas de ceniza y ahumados. Yodo y tonos balsámicos.