La Bota de Brandy 43

En una de las bodegas de Rey Fernando de Castilla hay un exclusivo altarcillo de tres botas muy escogidas que durante décadas estuvieron dedicadas a la admirable tarea de la crianza de fino en una bodega de El Puerto de Santa María. Hace tres años, en estrecha colaboración con Jan Pettersen, en ellas pusimos a afinar nobles holandas de alquitara que, antes, durante otros diez años habían estado envejeciendo en botas jerezanas de roble americano. Una de estas tres botas se embotelló en 2011 con el número 29 de la serie, y ahora le ha tocado el turno a la segunda, embotellada como La Bota de Brandy de Jerez nº 43 "Envejecido en bota de fino". La crianza en las botas se ha realizado a la misma graduación alcohólica a la que el brandy se embotellará posteriormente (en este caso, 40,4% alc.), lo que asegura su integración y equilibrio.

Esta edición nº 43 de la serie "La Bota" tiene casi dos años adicionales de maduración y afinamiento con respecto a la edición procedente de su bota "hermana" (La Bota de Brandy nº 29). Por ello, si se comparan ambas ediciones entre sí, el perfil de la 43 es comparativamente menos afrutado y más reposado que el de la 29. En cambio, si se catan junto a los mejores brandys del Marco, ambas comparten un marcado carácter de finura y delicadeza frente a una tradición que tiende más a la rotundidad y la intensidad. Al igual que la nº 29, esta edición es single cask y el contenido de la bota se ha vaciado por completo en ambas ocasiones, con lo que cada una de las aproximadamente 700 botellas de medio litro que componen La Bota de Brandy nº 43 es una joya de muy limitada disponibilidad y, en términos estrictos, irrepetible como tal.