Whisky japonés

El whisky japonés ha sido una de las últimas estrellas en brillar con luz propia en el mundo de los destilados de calidad. No obstante, la mayor parte del whisky nipón no viaja más allá de las fronteras del país asiático, pese a que las exportaciones no dejan de crecer. Los que llegan a Europa, a menudo se agotan casi de inmediato, por lo que conviene no dormirse si queremos llegar a gozarlos.

Durante muchos años, la mayoría del whisky de malta producido en Japón se mezclaba con whisky de grano y se destinaba al consumo doméstico, pero cuando el consumo empezó a descender, allá por 1990, algunas destilerías empezaron a apostar con fuerza por el single malt. Hoy, Japón es, pese a su corta trayectoria, el segundo productor mundial de whisky de malta, tras Escocia y, algunos de sus whiskies acumulan ya infinidad de galardones internacionales que los colocan entre la élite mundial de los maltas.

Fue precisamente la tierra de William Wallace la que sirvió de inspiración a los pioneros productores japoneses de éxito. La primera destilería de éxito, Yamazaki, se estableció en 1923 cerca de Kyoto, de la mano de Suntory y Masataka Taketsuru, hijo de un destilador de sake que estudió química en Glasgow, se casó con una escocesa y trabajó en Speyside y Campbeltown antes de volver a Japón; años después, Taketsuru fundaría también Nikka Yoichi. Al igual que en las highlands de Escocia, se buscaron emplazamientos con buenos niveles de humedad y con suministro próximo y natural de agua de calidad. Algunas destilerías incluso tienen páramos de turba cercanos y siguen trabajando con alambiques alimentados por carbón.

Cierto es que los japoneses adoptaron la doble destilación en pot still, la turba, el blending con grano y el envejecimiento en barricas de Jeréz o bourbon, pero también lo es, que el pueblo del sol naciente parece tener el secreto del perfeccionismo. Actualmente, el whisky japonés se distingue por un gusto nítido y una refinada elegancia, por un uso moderado de la turba y por las notas tropicales del roble japonés, pero, muy especialmente, por una aromática sobria y compleja. ¿Superará el alumno al maestro? Sólo el tiempo y una deliciosa cata pausada serán capaces de resolver, quizás, tan sugerente pregunta.

Nuestras recomendaciones de whisky japonés:

Suntory The Chita whisky japones
Suntory The Chita
(Chita Distillery)
Hibiki Japanese Harmony
Hibiki Japanese Harmony
(Suntory Distillery)
Hakushu 25 whisky japones
Hakushu 25
(Suntory Hakushu)
Yamazaki Distiller's Reserve
Yamazaki Distiller’s Reserve
(Suntory Yamazaki)
Nikka Coffey Grain whisky japones
Nikka Coffey Grain
(Nikka Whisky)
Nikka Blended
Nikka Blended
(Nikka Whisky)