Desgraciadamente, las vacaciones empiezan a parecer remotas para la mayoría de los mortales. El tiempo dedicado al buen comer y al buen beber, a la relajación o a dar rienda suelta a nuestros instintos más aventureros parece desterrado a nuestra memoria y amenaza con no volver hasta pasados unos cuantos meses. Volver a la rutina, a las tareas repetitivas y a los horarios fijos puede suponer un contratiempo importante para todos aquellos que hemos disfrutado del estío intensamente. Existen diversas soluciones para contrarrestar la apatía que puede producirnos el regreso al trabajo, pero pocas más románticas que dejar que sea una copa de buen vino la que nos transporte, por unos instantes, a un paisaje de ensueño… Hagan la prueba con las etiquetas que les aconsejamos hoy: vinos para superar el síndrome postvacacional.
La isla de Ibiza es para muchos el destino vacacional soñado, pero mientras sus playas son conocidas por todos, no sucede lo mismo con sus vinos. El Can Rich Tinto Selección 2013, un monovarietal de cabernet sauvignon que sólo se elabora en los mejores años, es uno de sus secretos mejor guardados.
Terras Gauda La Mar 2016 es un evocador vino blanco elaborado al 95% con caiño blanco, una variedad gallega autóctona recuperada del ostracismo. De aromas terrosos y salinos, nos llevará, irremediablemente, a las Rías Baixas.
Cap de Barbaria Ophiusa 2016 es un sorprendente vino tinto de la pequeña isla balear de Formentera. Su breve maceración permite extraer los aromas más puros y delicados de la piel de las uvas.
Aires de Garbet 2015; la Finca Garbet dibuja un paisaje bucólico en el Empordà, desde sus terrazas próximas al municipio de Colera es prácticamente posible tocar el mar.
Robert Barbichon Blanc de Noirs Brut; en la pequeña y, a menudo, olvidada Côte des Bar se elaboran algunos de los espumosos más sorprendentes de la Champagne, como este blanc de noir de uvas pinot noir.
Josmeyer Les Folastries 2012; en ningún otro lugar del mundo es capaz la uva gewürztraminer de ofrecer vinos tan profundos y amplios a la vez como en la vieja Alsacia. Historia y tradición se dejan sentir a cada sorbo.
El E. Guigal Brune & Blonde 2014 es un clásico vino de syrah, salpicado del sensual perfume de la uva viognier, que concentra la esencia de las pronunciadas colinas del Rhône más septentrional.
Podere Poggio Scalette Chianti Classico 2014; el Chianti Classico es el área más antigua y reputada de la región del Chianti, una de las más bellas de la Toscana. Basta con acercarse a la copa para vislumbrar olivos, cipreses y viñedos.
Cos Frappato 2017 combina la ligereza de la uva frappato, el saber de la familia Cos y la intensidad de la isla de Sicilia para deleitarnos con la elegante rusticidad de un tinto único.
Saxenburg PC Pinotage 2015 llega desde Sudáfrica y combina los aromas de chocolate con los de cerezas y almendras. Pinot noir cruzada con hermitage (cinsault) para abanderar la revolución vitivinícola de un país.
Catena Malbec 2015; mientras Francia ha ido progresivamente olvidando la variedad malbec, Argentina la ha acogido con los brazos abiertos. La entente ha sido tal, que la uva de Cahors se ha convertido en un icono del país de la plata.
Don PX Toro de Albalá Gran Reserva 1987; todo viaje llega a su fin, pero dicho momento se torna más llevadero en compañía de un gran vino dulce de pedro ximénez de la DO Montilla-Moriles. Su medido dulzor obliga a cerrar los ojos y a soñar, quizás, con unas nuevas vacaciones.