Cuando el frío arrecia, existen pocas cosas más reconfortantes que acercarse al fuego de una chimenea y taparse con una buena manta mientras se observan las llamas quemando los leños o se disfruta de un buen libro con el crepitar de las ascuas de fondo. Se nos ocurre, sin embargo, otro factor que podría hacer nuestra tarde de invierno incluso más agradable: acompañar el momento de una copa de calidad. Nada mejor que los destilados y vinos generosos para el invierno que les proponemos hoy.
La variedad de bebidas licorosas que se nos ocurre es prácticamente infinita, pero hemos seleccionado los destilados y vinos generosos de sensaciones más cálidas y reconfortantes, aquellos que combinan la sensación licorosa o dulce con los recuerdos de la madera y los aromas especiados más afables.
Armagnac Dartigalongue, la primera de nuestras propuestas, nos lleva a la vieja Francia, más concretamente a la destilería más antigua del Bas Armagnac: Armagnac Dartigalongue & Fils. Pese a no gozar de la fama de su pariente popular, el Cognac, el Armagnac sigue siendo el destilado de vino preferido entre muchos franceses y el más ancestral de todo el territorio galo.
(Armagnac Dartigalongue & Fils, Bas Armagnac)
Elaborado a partir de manzanas normandas y suavizado por su largo envejecimiento en barrica, el Roger Groult Vieux Calvados 8 Años es un aguardiente de gran complejidad y carácter, ideal para ser tomado solo.
(Roger Groult, Calvados Pays d’Auge)
Sin duda uno de los rones más amables y a la vez complejos que existen, el Opthimus 18 es un milagro que solo una vieja solera dominicana puede explicar. Recuerdos de caña de azúcar y cacao, especias dulces de las maderas y un final que parece no existir.
(Oliver y Oliver, República Dominicana)
La ratafía es un licor de extensa tradición en Cataluña elaborado a partir de una mezcla de nueces verdes, hierbas de monte y especias. La Ratafia dels Raiers es una de las más secas y complejas que existen actualmente.
(Licors Portet, Catalunya)
Únicamente una destilería del prestigio y la tradición de Glenfiddich podía atreverse con un producto como el Glenfiddich Ipa, un whisky envejecido en barricas de cerveza IPA que combina lo mejor de ambos mundos.
(The Glenfiddich Distillery, Speyside)
20 años en botas de roble explican la intensidad, la elegancia y la amabilidad del Fernando de Castilla Antique Oloroso. Sus aromas a frutos secos y especias obligan a revisar el significado de la palabra placer.
(Bodegas Rey Fernando de Castilla, Jerez-Manzanilla)
Fonseca Late Bottled Vintage. Los LBV (Late Bottled Vintage) como los de Fonseca fueron pensados como una alternativa más relajada e informal a los oportos de añada. Son vinos de larga crianza en madera que no requieren guarda en botella, esencias de fruta negra, chocolate y regaliz.
(Fonseca Guimaraens, Porto)
Espelt es una bodega de larga tradición en el Empordà catalán y Airam uno de sus vinos que más bebe del saber que los años otorgan. Un auténtico vino rancio dulce, una emocionante combinación de la pausada oxidación y del alma del mismo mosto, de la sal y la miel.
(Espelt Viticultors de l’Empordà, Empordà)
Entre los buenos aficionados al vino, las selecciones del Equipo Navazos son célebres. Gracias a ellos, joyas enológicas como La Bota de Pedro Ximénez 76 no han caído en el olvido y han podido ser rescatadas de las mejores bodegas andaluzas.
(Equipo Navazos, Jerez-Manzanilla)
Cualquiera que haya viajado a Galicia y tomado un buen licor de café como el Valmiñor, seguro que guarda un maravilloso recuerdo de él. Para cuando no nos sea posible desplazarnos físicamente al noroeste español, nada mejor que un sorbo de este extraordinario licor de café.
